¿ Cuántas veces tiene uno en la vida la posibilidad de viajar a Rusia?. La inmensa mayoría nunca, otros sin embargo, en alguna ocasión han podido conocer Rusia; pero tener dos oportunidades de viajar al país soviético y finalmente no poder hacerlo por distintas circunstancias , creo que hay muy poquita gente. Bueno, pues entre esa pequeña minoría me encuentro yo.
La primera fue hace cuatro años y me acuerdo como si fuera ayer mismo. Me encargaba de la actualidad del Getafe, era un 10 de Abril, el Getafe jugaba la vuelta de cuartos de la antigua copa de la UEFA ante el todopoderoso Bayer de Munich, si lograba pasar, esperaba en semifinales el Zenit de San Petersburgo. El equipo de Laudrup había cosechado un empate en el Bayern Arena y en la vuelta, con un Coliseum entregado realizó uno de los mejores partidos de su historia, comiéndose al Bayern. Con 3-1 y en la prórroga del encuentro, ya me veía en San Petersburgo, iba a cumplir un sueño. Es en eso cuando el Pato Abondanzieri, cometía un fallo de los que no suelen cometer porteros de su categoría y metía al Bayern en la eliminatoria y el nerviosismo empezaba a cundir en la grada y en mí en particular. Los minutos, aunque despacio pasaban, y así se llegó a la última jugada del encuentro. El portero alemán Khan subió a rematar, la suerte estaba echada. El balón voló hacia el área, la defensa despejó pero cayó en las botas del conjunto alemán que casi a la desesperada volvió a colgar el balón, un balón a la que el Pato tenía que haber llegado, pero se quedó a medio camino, un error que no iba a desaprovechar Lucatoni para rematar a cabeza y marcar el definitivo 3-3 que apeaba a los azulones. La decepción fue enorme. Nunca me he sentido así en un campo de fútbol.
Pero la vida siguió y poco después me hice cargo de la información del Atlético de Madrid. El Atlético me ha permitido vivir mi mejor etapa como periodista y he estado presente en los mejores momentos de su reciente historia. He viajado por muchos países de Europa, pero me quedaba Rusia.
El sorteo de diciembre, me volvió a dar una segunda oportunidad de conocer Rusia, en esta ocasión Moscú. Sin embargo, esa alegría interior se mezclaba con la incertidumbre del proceso en la que estaba sumida Telemadrid, con un ERE en marcha que pretendía aniquilar, como finalmente hizo, la televisión pública madrileña.
El ERE iba a llegar, pero tenía dos esperanzas, la primera, remota que no me afectara, la segunda también remota, que aunque me afectara se prolongara la ejecución en el tiempo, y se retrasara hasta mediados de abril, con lo que habría la posibilidad de seguir con mi trabajo y poder viajar con el equipo.
Pero como parece estar escrito que no tengo que conocer Rusia, el ERE llegó mucho antes de lo imaginado y lógicamente me afectó.
Ahora en el paro, lo veré por la televisión. Pero no desespero, no hay dos sin tres, y seguro que habrá otra oportunidad de conocer Rusia, y a la tercera será la vencida. Claro que sí.
Seguiremos informando....
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