domingo, 25 de mayo de 2014

DOS VECES EN LA MISMA PIEDRA

" Aquí me pongo a contar, historias de un sentimiento que no se puede explicar..." Así comienza la canción que Joaquín Sabina compuso como himno del atlético de Madrid. Y no le falta razón, porque explicar lo que es ser colchonero es bastante difícil.  Como difícil,es ponerse a escribir después de lo sucedido en  Lisboa.  Se puede perder, sí, es más, lo lógico es que el atlético perdiera, pues el Madrid, no hay que engañarse es superior al atlético, en presupuesto, en calidad individual, en infraestructuras, en plantilla, etc.. Pero cuando la pelota echa a rodar, todo se iguala y por eso es tan bonito el fútbol todo es posible y ayer casi lo fue. Durante 93 minutos el atlético rozó la gloria, acaricio su primera copa de Europa, pero el destino fue cruel otra vez y quiso repetir la historia de hace 40 años, y ¡ vaya si la repitió ! En aquella ocasión un defensa central del nombre impronunciable con el dorsal número 4 a la espalda se sacó un disparo que ya nadie esperaba en el último segundo para empatar un partido que lo tenían perdido. Anoche fue otro defensa central con el dorsal número 4 en la espalda quien marcó en el último suspiro para volver a quitar una copa de Europa que el atlético ya celebraba. En las dos ocasiones el balón entró por el mismo lado de la portería.
Ahora se habla si el atlético se merecía la copa que fue superior al Madrid en muchas fases del encuentro,que si por aquí, que si por allá, bla, bla, bla. Las copas como siempre se dice, no se merecen, se ganan y ayer lo hizo el Madrid y cuando pasen los años la gente recordará la décima del Madrid y no el mérito del atlético.
El atlético llegó a esta final en un estado  eufórico de moral, más fuerte mentalmente que el Madrid, pero con el depósito de gasolina casi en la reserva. Y ahí estuvo una de las claves de la final. Los del cholo sabían que la condición física aguantaría unos 60 ó 70 minutos y que había que aprovechar esos minutos para intentar llevarse la final. El plan funcionó, se pusieron por delante y dominaron al madrid, al que no dejaron hacer su fútbol y cortaron su arma más letal como es el contraataque. Pero en todo plan siempre hay imprevistos . Simeone lo dijo en la previa, " lo único que no quiero que aparezcan son las situaciones imprevisibles " y aparecieron. Primero la lesión de Diego Costa, que hay que poner en el debe de Simeone, se equivocó y lo reconoció. No debió jugar y menos de inicio. Eso hizo que agotara una sustitución  a las primeras de cambio. Y con el atlético roto se lesionó Filipe Luis por lo que tuvo que cambiar otra vez forzado. Eso evitó que al final del partido cuando el Madrid más achuchaba Simeone no pudiera refrescar el centro del campo para controlar el balón.
Los últimos minutos fueron del Madrid claramente. El atlético no podía y sólo tenía energía para defender , la final estaba ahí. Aguantaron hasta los límites permitidos, como resistieron los espartanos ante las fuerzas de Leónidas , o como los secesionistas mexicanos defendieron el fuerte de El Álamo, antes las tropas mexicanas de Santa Ana. Pero al igual que sucedió en esos dos acontecimientos históricos, al final perecieron, como lo hizo el atlético en el último suspiro. Porque el gol del empate era la sentencia de muerte. La prorroga era clara del Madrid pues estaban más frescos física y mentalmente y lo que vino después fue la consecuencia lógica.
Lo único que puedo reprochar es la actitud de Ronaldo en el cuarto gol. Con la final sentenciada no hacía falta esa celebración, es una forma de humillar al contrario, como cuando en baloncesto un equipo que gana por veinte puntos pide tiempo muerto a diez segundos del final. En fin, el verá.
La derrota no puede ocultar la gran temporada del atlético, a mi entender la mejor de su historia. Se conquistó la liga ante los poderosos Madrid y Barcelona y se llegó a la final de la champions  donde rozó el doblete. No pudo ser, pero los aficionados sólo pueden sentir orgullo de su equipo, por su entrega y por su lucha.
Los protagonistas nada más terminar dijeron "volveremos" . Y yo nada más puedo decir que ojalá , pero si es posible que no pasen otros 40 años.

sábado, 17 de mayo de 2014

CAMPEONES

Sufriendo, sufriendo, sufriendo, sufriendo hasta casi la extenuación,  no podía ser de otra forma. El destino quería que fuera así. Pudo ser campeón antes, sobre todo ante el Málaga donde una parada maravillosa de Willy Caballero en el último segundo evitó un título ante su afición. Pero no , hubiera sido muy fácil y eso no va con el Atlético de Madrid. Lo heroico de esta temporada, merecía otro final. Uno con mucho más suspense. Por eso el destino quiso que tendría  que jugársela en  el estadio del Barcelona, quizás uno de los campos más difíciles del mundo. Y ante un equipo que se jugaba la liga. Todo parecía estar predestinado para un nuevo trágico final, para que el fantasma del
Pupas,que parecía olvidado desde la llegada del Cholo Simeone, se apareciera de nuevo en el cruel camino atlético. Nadar, nadar y nadar ante las adversidades para morir en la orilla. No podía ser, esta vez no. La fuerza mental de este equipo estaba por encima de supersticiones, malos augurios y males de altura. Sabían qué luchar contra estos transatlánticos como son el Barcelona y Real Madrid es una empresa titánica y casi utópica y que las oportunidades se presentan muy pocas veces en la vida y no iban a dejarla escapar. Por eso salieron convencidos de que la liga no se escapaba, pero la suerte parecía ponerse en contra. A los pocos minutos de empezar el encuentro, se lesiona Diego Costa, su principal arma atacante. A los veinte cae Arda Turan el dandi del equipo. Dos de los mejores jugadores  tienen que abandonar el barco en plena marejada. Empiezan a sonar todas las alarmas máxime cuando poco después el Barcelona se pone por delante. La liga empieza a escaparse, el sueño fue bonito mientras duró, el Barça empieza a triangular y el atleti se siente derrotado. Pero fue sólo un instante, el atleti se merecía esta liga, (pero como se dice, las ligas no se merecen sino que se ganan )y uno a uno fue auto convenciendose que llegados a este punto no iban a desaprovechar la oportunidad. La gloria no se consigue sin esfuerzo y ésta será mayor cuantos más obstáculos tengas que sortear. Por ello empezaron a creer y empezaron  a jugar.  Y llegó el descanso...
Quince minutos para mirarse a los ojos y hablarse cara a cara en el vestuario.  Sí, sí sí podemos y lo vamos a hacer. Y vaya si lo hicieron.
Una segunda parte magistral, llena de orgullo, de lucha y de coraje sirvió para que llegara el empate y que volviera a encenderse la antorcha de la liga. Habían conseguido lo difícil, sus fuerzas no estaban para una remontada más, por lo que sólo,podían defender, defender, y defender, luchar, luchar y luchar y no dejarse nada y no pensar en la final de champions, un partido, una final, un partido, una final, una final....una final......que llegue el final. que llegue el final, tic,tac,tic,tac.  Y el final llegó y la alegría de jugadores, técnicos y de miles, miles y miles de aficionados rojiblancos se desató por todo lo alto. Se había conseguido la liga, una liga de la dictadura impuesta por el Barcelona y el Real Madrid con sus presupuestos que duplican  a los que le siguen. Las lágrimas estaban justificadas pues la gesta lograda no tiene parangón.
Así lo entendió la afición del Barça que en un gesto que les honra, aplaudieron al equipo campeón reconociendo la temporada que han realizado.
Yo, ya lo sabéis soy atlético y estoy inmensamente feliz, pero no puedo acabar este post sin decir que la felicidad no es del todo completa. Pues me hubiera gustado disfrutar de este título trabajando, con ellos en el césped, y que por una decisión política, que no económica que ya conocéis, no lo eh podido hacer. Me pasó con la final de la Copa del Rey del año pasado, me ha pasado con esta liga y me pasará la semana que viene con la final de la Champions. Después todo será distinto.

jueves, 10 de abril de 2014

"BENDITA AFICIÓN"

Tremendo, impresionante, grandioso, inolvidable, mágico....pongan los calificativos que quieran. Todos tienen cabida para describir lo que se vivió en el Calderón. El Atlético de Madrid eliminó al Barcelona y lo hizo con justicia, dominando de principio a fin a uno de los mejores equipos del mundo. Del partido poco voy a hablar, porque ya se ha dicho, escrito y visto casi todo. Me voy a referir a lo que no se vio por la televisión, bueno, más bien lo que no se pudo sentir a través de la televisión. Me estoy refiriendo al ambiente. A lo largo de mis años como aficionado y sobre todo como periodista, he vivido cientos de partidos en el Calderón, en los que hubo de todo, malos, fríos, indiferentes, buenos y grandes ambientes a cargo de una afición única en España, no digo que la mejor, ni la peor, sino única. Pero lo que sucedió ante el Barcelona, simplemente no tiene calificativos
Es mi opinión lógicamente, pero creo que concuerda con la de la mayoría, y así lo pude constatar a la finalización del choque, hablando con unos y con otros. Es más, también me topé con algún que otro aficionado culé, y no dudaron en destacar el ambiente que vivieron, su admiración y
envidia por una afición que no paró de animar a su equipo en los 90 minutos del partido. Un dato, en el calderón es habitual, que cada cierto tiempo del partido, el fondo sur se acuerde del eterno rival, en términos más o menos despectivos, como una forma de animar al personal. Pues bien, ante el Barcelona, no se produjeron, y no lo hicieron porque se vivió con una intensidad tal, que sólo había cabida para alentar a su equipo, para gozar con lo que estaban viendo sobre el césped, y porque literalmente no hubo tiempo para acordarse de nadie. Nunca había visto animar de esa forma, y sobre todo hacerlo durante todo el partido, e incluso desde mucho antes; los aledaños al calderón fueron una fiesta antes del comienzo del choque, y sobre todo al final. El partido fue en Miércoles, es decir, en jornada laboral, al día siguiente la mayoría de los aficionados tenían que levantarse pronto para trabajar, muchos tenían que volver a sus hogares, algunos a muchos kilómetros de distancia, por lo que lo normal sería salir pitando en cuanto finalizara el encuentro. Sería lo normal, pero el aficionado atlético no es normal, y menos en una noche como ésta. Todos, y digo todos se quedaron el Calderón para seguir animando, para seguir cantando, para seguir disfrutando de lo visto. Y lo hicieron durante muchos minutos, esperando como si se tratara de un concierto de música, al grupo para que salieran de nuevo al escenario, y el grupo salió. Los jugadores no tuvieron más remedio que dar las gracias a una afición y dieron una vuelta al estadio como si hubieran logrado un título. la sensación desde luego fue esa. No se trataba de una final, pero si de un pase a las semifinales de la champions, algo que el atlético no lograba desde hace 40 años, por lo que el júbilo estaba justificado. El equipo recibió la ultima aclamación de su hinchada y también y eso hay que reconocerlo, de los aficionados visitantes, pues los 2500 seguidores azulgranas no dudaron en aplaudir al atlético y por añadidura a todo el Calderón.
Lo más perecido lo viví en Barcelona, cuando el equipo perdió la final de la Copa del Rey ante el Sevilla, una semana después de conquistar su primera Europa League. Aquello también fue impresionante, más cuando se había perdido la final. Pero fue en el Nou Camp y con medio estadio vacio.
Ahora llegan las semifinales, donde el atlético intentará seguir haciendo historia. Podrá pasar o podrá caer, pero lo que está claro es que no lo hará sólo. 50.000 gargantas estarán a su lado. Superará esa futura noche a la vivida ante el Barça, no lo sé, esperaremos.
Seguiremos informando.

sábado, 1 de febrero de 2014

ADIOS MISTER

Hoy es un día triste para el mundo del fútbol español en general y del Atlético de Madrid en particular. Ha muerto Luis Aragonés. Ha muerto el Sabio de Hortaleza.
Como todo el mundo esta mañana me despertaba con la noticia del fallecimiento de Luis. Una noticia de alcance que ha sorprendido a todos, pues aunque se sabía que en los últimos meses su salud había empeorado, nadie, salvo su entorno más cercano era consciente de su precaria salud.
A lo largo del día, quien más o quien menos ya ha leído o escuchado las mil y una anécdotas en torno a la figura de Luis Aragonés. Por tanto, poco puedo añadir. En definitiva, no soy tampoco el más indicado. Como periodista lo he tratado poco, aunque tampoco hacía falta mucho para conocerle. Dos minutos de charla con él y ya te dabas cuenta de su fuerte personalidad y sobre todo de su carácter.
Como periodista, como hombre de fútbol y como atlético, hoy me siento un poco huérfano.
Como periodista, porque Luis era uno de esos personajes que nos daba mucho juego. No daba una puntada sin hilo y todas sus declaraciones tenían miga. Siempre decía lo que quería decir y por mucho que insistieras nunca lo pillabas en un renuncio. Y tampoco podías insistir mucho porque..... te exponías a un tantarantan de cuidado.
Como hombre de fútbol, porque Luis Aragonés fue el entrenador que cambió la historia del nuestro fútbol, primero en diversos equipos, pero sobre todo como seleccionador. Aquella Eurocopa del 2008 en Austria y Suiza supuso un antes y un después en nuestro fútbol. Se atrevió a cambiar la España de la furia, por la España del Tiki-Taka, se la jugó con los bajitos y el resultado es de todos conocido.
Sus arengas para motivar a los jugadores han pasado a la historia y su forma de influenciar en ellos es indiscutible. No hace falta mas que mirar a todas las declaraciones de los jugadores que han pasado por sus manos. Todos, sin excepción han destacado su forma de ver el fútbol y como les cambió, a mejor, en su juego.
Y como atlético, porque se ha ido un atlético de las pies a la cabeza. Aunque comenzó en las categorías inferiores del Madrid, dato que no muchos conocían, el Atlético de Madrid fue su casa, fue su vida y así lo manifestó en numerosas ocasiones. Ha sido uno de los mejores jugadores atléticos en toda su historia y lo mismo se puede decir como entrenador.
El minuto de silencio que se guardará antes del partido ante la Real Sociedad, será sin duda el minuto más emotivo y sentido de los que se hayan guardado en el Calderón.
Por desgracia no podré estar allí, pero ese silencio se oirá en todo Madrid.
Es una gran pérdida para la familia colchonera, quizás la mayor pérdida de su historia, superando la del mismísimo Jesús Gil.





Gracias por todo y descansa en paz Mister.