lunes, 6 de marzo de 2017

UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

No es lo más aconsejable cuando se quiere conseguir algo importante. No se plantea en el inicio de la temporada. No se busca adrede. Pero cuando llega, tampoco se puede , ni se debe ocultar. Me estoy refiriendo al juego que está desarrollando el Atlético de Madrid esta temporada. Sin lugar a dudas, la más irregular de las cinco en las que el Cholo Simeone ha estado al frente de la nave rojiblanca. Una temporada que comenzó rara, con dos empates ante dos recién ascendidos, que continuó con una serie de victorias que le llevó al liderato y que luego sufrió un bajón que no solo le apeó del liderato, si no también de la posibilidad de conquistar la liga. Y a eso se llegó alternando grandes partidos, con otros no tan buenos y con otros,(quizás demasiados), completamente horribles. La conclusión: el atleti navega en tierra de nadie, lejos de uno de sus objetivos principales, que es el quedar tercero en la clasificación y con la preocupación de sentir el aliento de los perseguidores en busca de esa cuarta plaza que da derecho a jugar la Champions, eso si, con eliminatoria previa. Una plaza, que peligra por ese diente de sierra que está llevando el conjunto rojiblanco a lo largo de esta temporada.
En la situación actual, y mirando lo que queda por delante, hay dos caminos, o ver la botella  medio llena o verla media vacía.Yo soy optimista y prefiero verla medio llena, y partidos como el de ayer ante el Valencia me ratifican en mi posición. Como he dicho antes, el atlético ha hecho muchos partidos malos, en los que los jugadores parecían sombras de sí mismos, pero no es más cierto, que cuando han tenido que dar la cara, casi siempre la han dado, y cuando han fallado, ha sido más fruto de la mala suerte que del juego en sí.
En el día de ayer, el atlético jugaba con la necesidad imperiosa de sumar los tres puntos, debido  a que sus dos más inmediatos perseguidores habían ganado y por tanto un tropiezo en casa les sacaría de la zona champions. Enfrente estaba un Valencia renacido y que llegaba como una importante prueba para conocer de qué pasta estaba hecho el conjunto del Cholo, sobre todo, tras el lamentable partido ante el Depor y con el susto todavía en el cuerpo del percance de Fernando Torres.
Las dudas, si es que las había, se disiparon muy pronto. El Atlético salió con las ideas claras, sabiendo lo que se jugaba y arrolló al conjunto ché desde el primer minuto. Ganó 3-0, pero el resultado fue lo de menos, pudieron ser más, lo mejor fue la aptitud y la actitud del equipo. Bien en defensa, (voy a se aquí políticamente incorrecto, pero pienso que el Atlético defiende mejor cuando no está Diego Godín, que no está atravesando su mejor momento), muy bien en la presión, volvió a ser el equipo incómodo de siempre y casi perfecto en el ataque ( de haber acertado Griezmann y Gameiro todas las ocasiones que tuvieron, el resultado pudo ser de escándalo).
Por tanto, ayer salió cara, y no deben abandonar esta sensación para lo que queda de temporada,
Claves son los tres próximos partidos. El Sábado en Granada, un campo donde debe y tiene que ganar, y en donde el conjunto local se juega la vida. El miércoles 15 ante el Bayer Leverkusen en Champions, donde debe refrendar la magnífica cara que está ofreciendo en la máxima competición continental, y la próxima semana ante el Sevilla en casa, con el duelo por la tercera plaza en juego. Si saca los tres compromisos con nota, el horizonte se verá mucho más claro y los objetivos, mucho más cercanos, pero para ello, ya saben, deberán de dejar de alternar una de cal con otra de arena, porque lo mejor está aún por llegar.