jueves, 29 de septiembre de 2016

GOLPE DE AUTORIDAD EN EUROPA

Lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a ganar al Bayern, otra vez por 1-0, una vez más sin encajar un gol. Así de simple, así de difícil.
El equipo (el Bayern de Munich) que de los últimos 26 partidos, solo ha perdido dos. Los dos ante el Atlético de Madrid. Los dos por 1-0.
El equipo (el Bayern de Munich) que de la mano de Ancelotti, llegaba en un gran momento, invicto en todas la competiciones, en plan goleador y con un solo gol encajado.
El equipo (el Bayern de Munich) que 154 días después, volvía, con ganas de revancha,  a jugar en el Vicente Calderón.
El equipo (el Bayern de Munich) que está en todas las quinielas para estar en la final de Cardiff y que es , sin duda, uno de los tres mejores equipos del mundo.
Pues ese equipo, (el Bayern de Munich), volvió a perder ante el conjunto del Cholo Simeone. Ante el Atlético de Madrid. Un equipo incomodo,  al que se le puede ganar, o no. Pero al que nadie quiere ver en pintura y menos en una eliminatoria directa.
Un equipo cuya mejor definición es precisamente ser un equipo, en el que todos tiran para el mismo lado, en el que todos corren por igual, en el que saben que nadie está por encima de nadie y que la única diferencia entre ellos está en lo que cobran cada uno. Porque en el cesped, son sólo uno. Y esa es su grandeza.
Por ello, es capaz de luchar contra gigantes con muchas menos armas.
 Por ello, es capaz de llegar dos veces en tres temporadas a una final de la Champions.
Por ello, es capaz de derrotar en dos temporadas seguidas a este todopoderoso Bayern, cosa que muy pocos, por no decir ninguno, ha conseguido.
Y no fue por casualidad, ni por que no se lo mereciera, ni porque los astros se alienaran contra el conjunto alemán. No. Ganó porque se lo curró.  Ganó porque jugó mejor y ganó porque fue mejor. Y lo hizo desde el primer  al último minuto.
El Atlético de Madrid, tras el partido de ayer, mandó un mensaje a navegantes:  "QUIERE UNA CHAMPIONS" y no va a parar hasta conseguirla. Este equipo va en serio y nada, ni nadie los va a distraer del camino. El objetivo es ganar la Liga de Campeones, si no este año, el que viene o el siguiente, más allá de títulos de Liga o Copa.
Simeone tiene metido entre ceja y ceja esta misión y sabe que en su mano y en la de los jugadores está el lograrlo. Hace unas semanas presentó su libro "CREER, el desafío de superarse siempre" y Simeone cree, claro que cree, y tras él, todo su cuerpo técnico y sus jugadores y la afición que lo idolatra.
Y no sólo la afición rojiblanca, también los rivales. Me quedo con una frase que dijo el ex-portero alemán del Bayern Oliver Khan:
"Todo el mundo tiene que quitarse el sombrero ante Simeone. Tras dos finales perdidas, logra mantener la motivación alta y su equipo se presenta como se presentó hoy y él también sigue al pie del cañón y siempre pidiendo más intensidad."
Nada más que añadir.

martes, 30 de agosto de 2016

Alarmas injustificadas

Se llevan disputadas dos jornadas de liga, y parece que el mundo se acaba para los atléticos. ¡Qué fácil es acostumbrarse al caviar, a lo bueno y que pronto se olvidan las penurias!. En la situación actual, podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío. Cada uno es libre de elegir.
Partamos de unas certezas para ver el vaso medio vacío:
-El Atlético todavía no ha ganado.
-El Atlético no ha jugado bien.
-El Atlético tiene dos puntos.
-El Atlético ha sido incapaz de superar a dos recién ascendidos.
-El Atlético tiene poca puntería.
-El Atlético se encuentra a cuatro puntos de sus rivales por el título de Liga.
Y así podemos añadir unas cuantas más.
Partamos ahora de unas cuantas certezas para ver el vaso medio lleno:
-Se lleva solo dos partidos de liga.
-Sigue dependiendo de sí mismo para conseguir todos los títulos.
-Ha disparado en 26 ocasiones en dos partidos.
-Sólo le han disparado una sola vez.
-Sus jugadores más importantes vienen de disputar la Eurocopa y la Copa América con el consabido cansancio.
-Los fichajes acaban de aterrizar y necesitan acoplarse al sistema Simeone.
Y así podemos añadir unas cuantas más.
¿Con esto qué quiero decir?...Pues que no seamos exagerados, ni para lo bueno, ni para lo malo.
Bien es cierto que el Atlético debería haber ganado los partidos ante dos recién ascendidos, pero también lo es que, de diez veces que juegues de nuevo esos partidos al menos en ocho, por no decir en nueve, los hubiera ganado. Y todo sin hacer un buen juego.
Simeone no engaña.  Con su sistema de juego ha llevado al atlético a sus cotas más altas y no va a cambiar, al menos de momento. Se le ha criticado por jugar con cuatro medio centros puros. Son los mismos cuatro medio centros que la temporada pasada llevaron al equipo a la final de la Champions. Y nadie se quejó.
Paciencia, nadie debe preocuparse, el atlético volverá a estar arriba, pero que los árboles no nos impidan ver el bosque. El atlético tiene la tercera mejor plantilla de la liga, la tercera, no lo olvidemos, y la diferencias con el Real Madrid y con el Barcelona siguen siendo enormes. El éxito es poder competir con ellos cada temporada desde que Simeone llegó al Atlético, pero no tiene la obligación de conseguir esos títulos todos los años.
El atlético de Simeone ha tenido la suerte o la desgracia de competir en una liga donde están dos de los mejores equipos del mundo. En ninguna otra liga hay dos equipos tan grandes como el Madrid y el Barcelona, y si se hiciera un encuesta a nivel europeo sobre los mejores cinco equipos del continente, en todas estarían los dos, en las primeras posiciones y en muchas de ellas, se colaría el Atlético de Madrid, algo impensable hace unos años. Por tanto, exijamos al Atlético por lo que es, pero no le pidamos a Simeone el cielo eternamente.
Volvamos a lo de antes. El Atlético debía de haber ganado sus dos compromisos y debería de haber jugado algo mejor, pero no olvidemos que esto es una carrera muy larga, como una maratón y a los grandes equipos, se les puede sorprender en estas primeras jornadas, (basta con mirar en temporadas pasadas, para ver que tanto Real Madrid y Barcelona se dejaron puntos en el primer mes de competición) porque estos equipos, arrancan de menos a más; su objetivo está en llegar en plenas condiciones físicas al último tramo, que es donde se juegan los títulos, no ahora. Los que empiezan desde la primera jornada a tope, son los equipos pequeños, o medianos, que necesitan un buen colchón de puntos cuanto antes para no pasar apuros al final o para alcanzar sus objetivos. Ellos ( los equipos pequeños) son conscientes de que sacar algo positivo ante los grandes equipos, solo se puede hacer en estas primeras jornadas, cuando todavía Real Madrid, Barcelona y Atlético no han alcanzado la velocidad de crucero. Y eso es lo que le ha pasado al Atlético de Madrid, que se ha enfrentado a dos equipos que se han preparado desde hace un mes para aniquilar el sistema atlético, a sabiendas, que no estaría en su mejor forma. Aún así, el atlético les creo infinidad de ocasiones, que en circunstancias normales, hubieran entrado, y que unas veces por los postes y otras por la actuación de los porteros, se fallaron.
Con esto no digo que todo lo que haga Simeone esté bien y que no se lo pueda criticar. Simeone como todo el mundo, también tiene sus fallos y comete errores y yo soy de los que le he criticado en varias ocasiones no ser más atrevido en sus alineaciones. Pero... señores y señoras, todo depende de que la pelotita entre y siempre juzgamos a posteriori y así es más fácil.
Yo estoy convencido que Simeone sacará conclusiones de estos partidos y que la cosa va a cambiar. Que habrá que esperar a que Gameiro y Gaitán se adapten al estilo de juego, que cojan ritmo Griezmann y Koke y que la puntería se afine. Cuando suceda, que sucederá, todo se verá de otra forma y estos dos partidos se quedarán en anécdotas. Tiempo al tiempo. Y si no..ya habrá tiempo de criticar.
Y para todos aquellos que piensen que el Atlético va a estar todos los años, en la final de la Champions o ganando una liga, o viven en un mundo paralelo o son atléticos de última era.
Esperemos y veamos..

lunes, 30 de mayo de 2016

NUEVA OPORTUNIDAD PERDIDA

Cuando te juegas toda una temporada a la suerte de los penales, puede salir cara o cruz, porque es una pura lotería, donde se igualan las fuerzas. No importa lo que has hecho durante el partido, si merecías más o menos la victoria, si el árbitro te perjudicó o te benefició. No importa como llegaste a esa final. No importa si eres mejor o peor que tu rival. No importa nada. Todo eso se deja a un lado. Todo se centra en el duelo jugador-portero; portero jugador. En el azar, en la confianza, en el destino en definitiva. 113 años de historia pudieron cambiar desde los once metros en la noche del Sábado en Milán. Pero nada cambió. La historia volvió a dar un revés al conjunto rojiblanco. Si la derrota en Lisboa fue cruel, la de Milán fue aún peor. Porque el atlético tuvo la champions en su mano. La sensación de todo el mundo, es que era su oportunidad. Tras el empate, el Madrid estaba muy tocado, Bale y Ronaldo medio lesionados, era la ocasión de ir a por ellos. La gente esperaba la salida de un jugador como Correa para desbordar a la defensa blanca ya mermada. Pero Simeone, que si hay que ponerle un pero, es la falta de ambición que a veces demuestra, decidió no jugarsela. Temía un gol del Madrid y prefirió aguantar, que pasen los minutos y buscar una oportunidad, y si no, pues a la lotería de los penaltis.
Simeone ha vivido muchas veces en el alambre y casi siempre le ha salido bien y se siente a gusto en él. Pero sabes que alguna vez puede salir cruz, y salió en el peor momento.
El Atlético ha perdido tres finales de copa europa, las tres que ha disputado y lo más curioso es que las tres las pudo ganar. Se escaparon en el último instante y por centímetros. Los centímetros que le faltó a Reina para detener el disparo del alemán Schwarzenbeck , o a Courtois para atajar el remate de Ramos, o en el penalti de Griezmann, y por qué no decirlo, en el de Juanfran. Unos centímetros más a la derecha y el balón después de golpear en el palo iría hacia la portería y no hacia afuera. Pero ni el tiempo, ni las distancias están del lado rojiblanco.
Ahora es hora de lamentarse, pero también de sentirse orgulloso, de valorar lo que ha hecho este equipo en estos últimos años. Sí, es cierto que he visto perder a mi equipo dos finales de Champions, y duele, vaya que si duele, pero también he de reconocer que nunca me había imaginado que pudiera llegar a ver jugar una final de Champions al atlético y lo ha hecho y en dos ocasiones. Entonces
¿por qué no puede haber una tercera? Nadie lo sabe, difícil es, y cada año más porque los grandes equipos de Europa, y me refiero en lo económico, tienen todas las papeletas para estar presente en las finales, por pura lógica. Los ricos cada vez son más ricos, y los demás tenemos que esperar que suceda un milagro, pero nadie nos quita la ilusión de volver a intertarlo, aunque a lo mejor nunca más llegue. De la misma manera que seguimos jugando a la Lotería cuando sabemos que nunca nos va a tocar, o sí. Porque por muy difícil que sea, una cosa está clara, si no lo intentas, si no juegas, es imposible.
En estos días, siento pena, mucha pena, pero más que por mí, por mis hijos, y por todos los niños y niñas que el sábado y también el domingo lloraron como nunca.
Por ellos, espero que la historia nos de la oportunidad de poder volver a intentarlo. Y esta vez, que salga cara, para que la próxima vez que vea a mi hijo llorar, sea de alegría.

viernes, 13 de mayo de 2016

A VUELTAS CON LAS ENTRADAS PARA MILÁN

¡Vendo entradas oigan! ¡Vendo entradas!  Sólo falta escuchar esto en los aledaños del Vicente Calderón para darnos cuenta que el reparto de la entradas para la final de la Champions en Milán se ha convertido en un auténtico mercadeo y en donde muchos de los aficionados, sólo busca conseguir una entrada para revenderla.
No pasa ni quince segundos, después de estar horas esperando en un cola,  para que alguien se te acerque ofreciendote comprar tu entrada por un precio muy superior al que has pagado. Lógicamente son reventas que no quieren ir a Milán, sino a su vez revenderlas por otra cantidad muy superior a la pagada.
No hay que escandalizarse por ello, la reventa, es algo que ha existido, existe y existirá, (salvo que se quiera acabar con ella, que no estoy muy seguro de querer hacerlo por parte de los clubes y de las autoridades), pero distingo entre dos clases de reventas. Por un lado,  el reventa profesional, que ha hecho de este arte su forma de vida y para la que hay que valer, porque en algunas ocasiones se trata de una profesión de riesgo. Y por otro lado está el reventa ocasional, que es aquél que por diversas circunstancias, en un momento dado,  aprovecha la situación para sacar algún dinerillo extra, que casi siempre es más por necesidad que por gusto.
¿Es lícito? desde luego que no, pero al menos a mi parecer, este segundo supuesto ( el de reventa ocasional) es comprensible, sobre todo en los momentos que vivimos.
Más ilícito me parece, y sobre eso no se dice nada,  que las compañías aéreas y hoteleras, se aprovechen de las aficiones aumentando sus precios de manera casi inmoral. No hay nada más triste que tener una entrada para ver a tú equipo, en un partido único, y no poder verlo porque no tienes dinero para pagarte el desplazamiento y/o el alojamiento, gracias  a la especulación de dichas compañías. Al final todo se resume, en que, por lo general, sólo los ricos pueden presenciar este tipo de acontecimientos in situ.

Pero volviendo al tema de la entradas. ¿qué sistema es el mejor para repartirlas entre los aficionados?
¿Sorteo como hace el Real Madrid?, o¿ por antigüedad y abono total como establece el Atlético?
En principio, a mi me gusta más el del Atlético, porque premia a la fidelidad de los aficionados, pero ahondando en el tema, tampoco me parece totalmente justo. Porque a la postre, siempre irán los mismos a las finales. Y aquellos abonados que tienen números altos y que también pagan religiosamente sus cuotas, nunca tendrán la posibilidad de acudir a una final.
Además, no nos engañemos, los abonados con más de 25 años de antigüedad, generalmente son aficionados bastante mayores que no tienen la intención, ni el cuerpo para meterse una paliza de viaje y emociones para presenciar una final a más de 1000 kilómetros de distancia, por lo que suelen ser sus hijos, sobrinos o nietos, los que se aprovechan de esa circunstancia.
¿Entonce qué hacemos? Yo propongo un sistema, ni el mejor, ni el peor, pero creo que más justo. Y no es otro que una combinación de los dos anteriores.
Primero, los aficionados que quieran ir a la final, se deberían apuntar en un lista, con su número de abonado y  DNI. Una vez que esté ese listado, (pongamos por ejemplo, 40.000) el club, que premie la antigüedad de los socios digamos en unas 4000 entradas, y que el resto las reparta  por un sorteo puro entre los demás, como si se tratara de los números de la Lotería Nacional. Con los adelantos tecnológicos de hoy en día, ese sorteo se puede realizar en muy poco tiempo. Los afortunados se publicarían en la web del club (sólo con el número de abono) y así no habría mal entendidos ni enfados, teniendo todos las mismas oportunidades.
Y para evitar la reventa, las entradas deberían ser nominativas, y para rizar el rizo, se recogerían en la ciudad donde se celebrara la final, aportando el abono y el DNI, en una carpa, caseta u oficina creada a tal efecto, que podría estar, una, en el mismo aeropuerto de llegada, para los que viajen en avión, y otra en la fan zone, para los que se desplacen en coche, autobús o tren.
¿Logisticamente es posible? A mi entender, sí. Nadie acude a una final con la hora justa. Hay tiempo de sobra para retirar tu entrada.
Muchos dirán que es una locura y que es inviable, pero como dice el Cholo," el trabajo, paga "y " Si se trabaja, y se creé, se puede".
Todo esto para decir, que no voy a Milán. No tengo entrada.
Saludos.

viernes, 6 de mayo de 2016

HABEMUS FINAL

Pues ya está aquí. No va más. Hagan sus apuestas señores. La final de la Champions ya tiene contendientes. Real Madrid y Atlético de Madrid volverán a verse las caras tras la final de Lisboa. Si ya hicieron historia al ser los protagonistas de una final entre dos equipos de una misma ciudad, ahora rompen todas las estadísticas al repetir "tan solo dos años después".
Desde el pitido final en la semifinal ante el Bayern, el atlético ya sólo pensó en la final de Milán. Prometieron volver tras el trágico final de Lisboa y lo han cumplido mucho antes de lo que se pudiera pensar. Y solo tienen un pensamiento en su cabeza y es el de ganar, ganar y ganar. Creen que la historia se lo debe y que a la tercera será la vencida.
El último paso, el último escalón, el último obstáculo, es el Real Madrid. Lo primero que se te viene a la cabeza es el ánimo de  venganza, de revancha, aunque esas palabras han quedado fuera del diccionario atlético. Simeone lo ha vuelto a hacer. Si como de un maestro zen se tratara, ha ido inculcando en el pensamiento rojiblanco las frases que más le conviene en cada momento. Así de no pensar más allá e ir partido a partido, ahora repite como un mantra que el partido no te ofrece una revancha, si no, que te ofrece una nueva oportunidad. Una nueva oportunidad para conquistar la primera Champions, una nueva oportunidad para olvidar aquél fatídico minuto 93 que los madridistas te repiten una y otra vez a la menor ocasión. En definitiva una nueva oportunidad de saldar deudas con la historia.
Lo que está claro es que nadie puede adivinar lo que puede pasar el 28 de Mayo en Milán, pero sí, en que el Atlético va a llegar a esa final, en muchísimas mejores condiciones, tanto física como mentales, de las que llegó a la final de Lisboa. Primero porque en esta ocasión, la puede preparar a conciencia (no hay que olvidar que mientras el Madrid preparó la final con tranquilidad, el Atlético tuvo que jugarse la liga una semana antes en el Nou Camp). Segundo porque  la va a afrontar con sus mejores hombres, salvo lesiones en estas últimas dos jornadas, no como en Lisboa que tuvo que disputarla sin sus mejores hombres, Arda Turán, (que ni se vistió) y Diego Costa ( que sólo aguantó unos minutos). Y tercero porque se ha metido en la final a lo grande. En su camino, ha tenido que superar al líder de la liga portuguesa, al líder de la liga holandesa, al líder de la liga española y finalmente al líder de la liga alemana. Mientras el Madrid, llega tras dejar atrás al actual tercer clasificado de la liga italiana, al décimo de la liga alemana y al cuarto de la premier. Y aunque en una final, todo esto se olvida, no está mal recordarlo.
¿Significa que el Atlético es el favorito para la final?. Ni mucho menos, en una final, no hay favoritos, y si lo hay, ese debe ser el Real Madrid por historia y poderío económico. Aunque las expectativas rojiblancas están por todo lo alto y quieren alcanzar el sueño de ganar por fin la Champions.
Vengada la final del 74 ante el Bayern, queda la de 2014. En un mes pueden saldar las cuentas pendientes de los más de 113 años de historia del conjunto rojiblanco. Y el Atlético está preparado para ello.
Ganar, ganar y ganar.....y si se pierde... a seguir intentándolo, que la vida son dos días y nunca dolerá tanto como la de Lisboa.
¡¡Qué llegue ya el 28!!

miércoles, 27 de abril de 2016

POR ELLOS/POR NUESTROS MAYORES


Nada más realizado el sorteo de semifinales, la primera reacción fue la de decir,  que una vez más, al Atlético le había tocado el rival más duro,  (una vez superado al Barcelona, el ideal rojiblanco esperaba un duelo ante el Manchester City, a priori, el rival más asequible, pero no pudo ser), pero al segundo, la mente se transportó a la final de 1974 y a la posibilidad de tomarse la revancha de aquella final que al Atlético de Madrid se le escapó en el último suspiro, como luego varias décadas después se repetiría en la final de Lisboa ante sus más directo rival. Ironías, o mejor dicho, crueldades de la vida.
Porque desde aquella final del 74, el Atlético no ha vuelto a enfrentarse al poderoso conjunto alemán y muchos de los que vieron aquel partido, ya no están entre nosotros y se quedaron con las ganas de poder acabar con aquella afrenta. Entre ellos, el gran Luis Aragonés, el hombre que pudo traer a las vitrinas del Calderón la primera Copa de Europa, si no fuera por ese jugador cuyo nombre no quiero acordarme, y de hecho es difícil de recordar, que ahogó las esperanzas de los atléticos con un zapatazo que ni él mismo sabe como logró.
Yo, en ese año, tenía seis años, y no me acuerdo de nada de ese partido, por lo que me ahorré un tremendo disgusto, que ya con el paso de los años me llevaría en más de una ocasión siendo seguidor atlético. Pero el que si lo sufrió y de qué manera, fue mi padre, y por fortuna, él si tiene la oportunidad de poder sacarse la espina de aquella final, eliminando al Bayern en las semifinales. Bien es cierto, que no es lo mismo, que la revancha auténtica hubiera llegado ganando al conjunto bávaro  en la final, pero en la final sólo se puede ganar a uno, y el destino, ha querido,( si se consigue),  que este año, el atlético pueda saldar su deuda con la historia en dos partidos. Primero, dejando sin final  al Bayern y luego, ya en la final, ganando al Real Madrid, para poder recuperar lo que el descuento nos quitó en  Bruselas y en Lisboa.
Así que por ellos, por nuestros mayores, por Luis Aragonés, por Irureta, Gárate, o Reina, por Godín,  Gabi, Filipe Luis o Koke, por mi padre, por mi tío, por mis hermanos, primos y amigos, y por todos aquellos aficionados atléticos que no conozco, pero con el que me une un sentimiento.  Por todos, vamos a intentar conseguir la Champions. La Historia nos debe una y es hora de que nos la pague.


jueves, 7 de abril de 2016

CARTA ABIERTA A TORRES


Querido Fernando:  te escribo estas líneas a sabiendas que nunca las vas a leer. Pero quería desde aquí mandarte todo mi apoyo. Sé que no soy muy objetivo, porque me considero Torrista de pies a cabeza. Para mí, eres el Curro Romero del fútbol, capaz de lo mejor y de lo peor, y eso es lo que tienen los genios.  Mi apoyo viene, porque sé que lo estás pasando mal, tú mismo lo dijiste tras el partido ante el Barcelona "es uno de mis peores días como futbolista". Palabras sinceras de un jugador que siente los colores como nadie y que sabe que lo que hizo en el Camp Nou no estuvo bien.

Sabes que te equivocaste, que con una tarjeta amarilla, nunca debiste hacer esa acción, que fue innecesaria tanto en el momento como en el lugar, que te pudo la ambición de robar el balón y marcharte en solitario hacía la portería del Barcelona. Era tu partido, era tu momento y lo estabas aprovechando, pero como he dicho antes, esa ambición se volvió en tu contra. Podemos discutir si la decisión arbitral fue exagerada , si midió con distinta vara a los dos equipos, que si tal o que si cual. Pero no podemos discutir,  si fue falta o no. La entrada es clara y con el reglamento en la mano, la tarjeta amarilla es totalmente asumible y eso lo sabes, y con el paso de los minutos te diste cuenta del error y por eso pediste perdón a tus compañeros.

Me cuentan que te fuiste llorando, y me imagino que lloraste de impotencia, lloraste de frustración, pero sobre todo lloraste por lo que significaba tu expulsión. Y más allá del resultado final, no es otra cosa,  que el no poder estar en el partido de vuelta ayudando desde el campo, que era lo que más querías.
Conociendote un poco como te conozco, estoy convencido que darías todo lo que fuese para volver atrás en el tiempo y actuar de distinta forma. Porque el partido del próximo Miércoles, no es un partido más, es a día de hoy el único partido.
Tu futuro en el Atlético es incierto, tú quieres seguir, pero eres consciente que estás más fuera que dentro, (aunque en el mundo del fútbol, lo que hoy es blanco, mañana es negro) y que solo tienes una oportunidad (hasta final de temporada) de lograr el objetivo con el que regresaste al equipo que amas. Tú volviste al Atlético para jugar estos partidos, para ser protagonista y para ganar un título con "TU" Atlético, y ese es el de la Champions.
Lo tienes metido en la cabeza y por eso te duele como nunca perderte el partido y ayudar a tus compañeros a superar este obstáculo.
El gol de Viena que nos dio la Eurocopa es sin duda el gol más importante que has marcado. Está en el podio junto al que marcarste en la final que dio la Champions al Chelsea. Pero en ese imaginario pedestal,  queda el gol más importante que te queda por lograr y no es otro que marcar el gol que de un título al Atlético de Madrid, que le dé su primera Champions.



Y desde aquí te digo que espero que puedas hacerlo, como lo espera toda la afición rojiblanca. Para ello, queda remontar al Barcelona. Tú lo verás desde fuera, pero lo sentirás como si estuvieras dentro. Porque el Miércoles, el Barcelona no sólo va a  jugar contra once; va a jugar contra  50.000 aficionados que meterán el primer gol. Y parte de ese gol será tuyo "niño".

lunes, 29 de febrero de 2016

Simeone se lleva por delante el efecto Zidane

Llegó como el gran salvador del madridismo, como el hombre que iba a resolver de un plumazo todos los males que, según la teoría oficial, había instalado el ya olvidado Rafa Benítez. Se le puso al mando de la nave blanca en el momento justo, a sabiendas que el calendario le sería propicio en las siguientes jornadas. En el horizonte solo se veía como complicaciones el partido de la Roma, (el del Atlético se atisbaba muy lejano) En un principio todo marchaba según el plan previsto, goleadas en el Bernabéu, triunfos a domicilio, la afición encantada, los jugadores alabando las virtudes del técnico, ¿por qué no vino antes? todo era color de rosas, pero como dice un dicho popular, "que los árboles no te impidan ver el bosque", pero es que nadie quería ver el bosque. En ese mundo idílico, las primeras piedras aparecen en el camino, piedras inesperadas. Los partidos ante el Betis y el Málaga empiezan a dejar claro que el efecto Zidane, no es tan consistente como parecía. Pero nadie, es decir, la prensa oficialista, decía una palabra más alta que otra. Y en esto llegó el partido de Champions ante la Roma, la prueba de fuego, el primer gran reto del francés. Como saben, el partido se ganó y fue suficiente para que la euforia blanca se disparara de nuevo. Da lo mismo que la Roma, un equipo de media tabla en la liga española, aunque se vendiera como un grande de Europa, pusiera en más que un aprieto al Madrid. Dos zarpazos aislados del conjunto blanco sirvieron para apoyar la teoría de que con Zidane, había llegado el cambio, que la undécima estaba más cerca, que la liga aún era posible, etc.. ya saben "que los árboles no te impidan ver el bosque".
Fue en esta situación, cuando llega el partido contra el Atlético de Madrid. No nos engañemos, la verdadera prueba de fuego, porque con todos mis respetos para los demás equipos, los anteriores duelos eran ganables todos, con Zidane y sin Zidane en el banquillo. Llegaba el eterno rival, un equipo al que no le puedes ganar solo con el nombre. Al que le tienes que ganar con trabajo, con esfuerzo, con lucha, con calidad, con un plan, (con un plan A, o con un plan B). Porque el atlético del Cholo Simeone va a poner todos esos condicionantes sobre el terreno de juego y Zidane lo debería de saber. Pues bien, el Atlético llegó, jugó y ganó. Y lo hizo sin engañar a nadie, siendo fiel a su estilo, poniendo más ganas y corazón que el rival.
De nada sirvió que el Madrid tuviera toda la semana para preparar el derbi, que el Atlético llegara a las seis de la mañana del Jueves de su partido en Holanda, que llevara varios partidos sin ver puerta, que Griezmann estuviera atravesando un bache goleador. Porque estamos hablando del Atlético, del atleti del Cholo, de un equipo que nunca se rinde, que puede hacerlo mejor o peor, que hará un fútbol más o menos vistoso, pero que nunca se va a dejar ganar sin luchar. Tendrás que ganarlo, si puedes o sabes. Y el Madrid (Zidane) no pudo, ni supo como hacerlo.
  Simeone le ganó la partida desde el inicio.  Se dice que los partidos los ganan los delanteros, pero que los campeonatos los ganan las defensas, pues bien, el Cholo sabía que el derbi lo iba a ganar el que dominara el  centro del campo y ahí estuvo la clave del partido. El Atlético siempre tuvo superioridad en esa parcela del campo y desde ahí construyó para la victoria y desde ahí destruyó para la victoria. ¡
Lo peor no es que el Madrid no supiera jugar el partido que le propuso el Atlético, lo peor es que desde el banquillo no se vio ningún gesto para revertir la situación. Que en el primer partido serio de verdad, te vieras superado por las circunstancias y que transmitieras la sensación de que el cargo te venía grande, es preocupante.
El temor del madridismo no es que ganara su eterno rival, el temor es que se han dado cuenta que con pequeñas embarcaciones puedes lidiar, pero que cuando lleguen los transatlánticos te van a arrollar.
Que los árboles no te impidan ver el bosque, porque es mucho más grande y profundo de lo que crees.

miércoles, 3 de febrero de 2016

SE VA CON MÁS PENA QUE GLORIA.



Debo confesar que yo era uno de los que confiaba plenamente en la capacidad goleadora del colombiano Jackson Martínez y de los que aplaudí su fichaje por el Atlético de Madrid. 
Debo confesar también que fui de los pocos que seguí manteniendo la fe en el jugado, y que estaba convencido de que al final explotaría. Que sólo le faltaba un partido que sirviera de punto de inflexión como le sucedió a Griezmann en Bilbao la temporada pasada. Pero la realidad se ha revuelto contra mi deseo. 
Porque lo que yo no contaba era con la fragilidad mental del jugador, algo que no debo reprocharme, porque ya por desgracia, no puedo seguir la actualidad rojiblanca como me gustaría, como antaño. 
Es en este tema, donde me cuentan, que el jugador desde hace tiempo tenía la cabeza en otra parte, que a pesar de numerosas reuniones de los capitanes y del cuerpo técnico en estos últimos meses tratando de implicarlo en el proyecto y de involucrarlo en el equipo, no ha podido ser. Y es por ello que ante esta tesitura, Simeone, ya no estaba dispuesto a esperarlo y a darle más oportunidades, por lo que instó al club a buscarle una salida en este pasado mercado de fichajes y de paso traerse a otro nueve. El deseado por Simeone era Diego Costa. Se intentó de todas las maneras pero las ofertas que llegaban no satisfacían ni al club, ni al jugador, que quería seguir en el club rojiblanco. 
Apenas a dos días del cierre del mercado y cuando parece que Jackson se va a quedar en el Atlético, aparece en escena el Guangzhou Evergrande chino que pone mucho dinero sobre la mesa. Comienzan unas negociaciones muy intensas a tres bandas, pero finalmente no se pudieron concretar antes del cierre del mercado de fichajes. Por lo que el atlético, o mejor dicho Simeone, se quedaba sin su nueve. No obstante, las negociaciones con el Guangzhou siguen, pues el mercado de fichajes en China no terminan hasta finales de este mes. Simeone no quiere a Jackson, el Guangzhou, sí y le ofrece una cantidad de dinero muy superior a la que gana en el Atlético, pero el conjunto rojiblanco no quiere salir perjudicado en una operación que le había costado 35 millones de euros este verano y en la que había puesto muchas esperanzas. En este punto, el conjunto chino que quiere al jugador a toda costa pone sobre la mesa una oferta de 42 millones de euros que el atlético no puede rechazar. . Ahora quedaba convencer al jugador para que se marchara al fútbol chino. Algo a lo que no estaba muy dispuesto. Después de muchas conversaciones, el jugador y su representante llegan a la conclusión que lo mejor para todos es aceptar el traspaso y en la noche de ayer se firmaba el fichaje de Jackson por el actual campeón de la superliga china y de la champions asiática.
Se va Jackson sin pena, ni gloria. Llegó este verano como el fichaje estrella del atlético por 35 millones de euros y se va siete meses después con tres goles, (dos en Liga y uno en Champions). Fracaso en lo deportivo, pero éxito en lo económico…

Nota.- Jackson Martínez rompe la racha de aciertos de los delanteros atléticos en estos últimos años. Agüero, Forlán, Falcao, Diego Costa, incluso Mandzukic . Todos golearon con la elástica rojiblanca en mayor o menor medida. A Griezmann no lo meto, pues sigue es la disciplina rojiblanca..pero es otro acierto.

Seguiremos informando.