lunes, 22 de mayo de 2017

CACHITOS DE SENTIMIENTO Y PROFESIÓN

Cuando el colegiado pitó el final del partido en el Calderón, los recuerdos se agolparon en mi cabeza, pero lo primero que se me vino, fue la cancioncilla con la que acababan unos dibujos animados de mi infancia. Aquella que decía: "Lástima que terminó, el festival de hoy. Pronto volveremos con...más emociones...."
Porque desde luego fue una lástima abandonar la que ha sido tu casa, deportivamente hablando y en donde he vivido grandes emociones, numerosas alegrías y no menos tristezas y decepciones. Y sé que volverán las emociones, pronto, pero ya no será en el Vicente Calderón, será en otro campo, en otra sede y al principio, hasta que te acostumbres, no será lo mismo.
El Atlético de Madrid cerró una etapa en su historia, quizás la más importante, y lo hizo a lo grande, ganando y con un protagonista, Fernando Torres autor de dos goles, que pudieron ser tres. No podía ser de otra forma, el ídolo de la afición en estos últimos años, se tenía que despedir de su casa por la puerta grande y solo me faltó que Simeone le aguantara hasta el final para que la ovación fuera tremenda, como sí sucedió con Tiago, un nuevo rojiblanco. Porque del atleti, se nace, pero quien pasa por esa casa, también se hace.
 Aunque con el paso de las horas, Simeone, conocedor mejor que yo de la situación, pienso, que quiso homenajear al portugués en su despedida del equipo tras siete años vistiendo la elástica rojiblanca, y no tanto a Fernando Torres, que fue el primer cambio a los 60 minutos de juego, porque no duda de la continuidad del niño en el seno del equipo. El "símbolo" tiene que estar en el nuevo estadio. En fin, ya veremos.
El Calderón cierra su historia y con él se cierran las historias de los cientos de miles y miles de aficionados que han llenado sus gradas a los largo de estos 51 años de vida.
Yo tengo la mía propia, tanto personal, como profesional. Enumerar todo lo que he vivido es imposible y no es plan de aburrir al querido lector. Destacaré eso sí, algunas de ellas, que quizás no sean las más importantes, pero que son, las primeras que me vienen a la cabeza.
Comenzando con el primer recuerdo que tengo de mi primera visita al Vicente Calderón, no sé si fue la primera, pero es la que yo recuerdo. Corría el año 75, tenía yo ocho añitos y mi padre, al que siempre estaré agradecido, (por esto y por todo) me llevó a ver el debut de Leivinha y Luiz Pereira. Ganó el atlético 4-1 al Salamanca con tres goles de Leivinha, (en aquellos años no existía el hat-trick).
También recuerdo como si fuera ayer, el 4-3 al Barcelona. Fui con mis amigos y nuestras respectivas novias. Nosotros del atleti, ellas del Barcelona. 0-3 al descanso con los tres goles de Romario. En el descanso me quería ir. Menos mal que no lo hice, porque luego llegó la remontada con el último gol de Caminero con el que casi se vino abajo el estadio.
Hay muchos más recuerdos, de la época de los Quique Ramos, Marina, Arteche, etc.. . De la de Futre, Manolo, Baltazar. De la de los Forlán Agüero, Falcao...miles, como no, la del Doblete.
Pero también tengo malos recuerdos y como son malos, solo destacaré uno, en el año 1996. 
Después del año del doblete, en Champions, el partido ante el Ajax. Fue la primera y creo que la última vez que compré una entrada en la reventa. Recuerdo que me costó 15 mil de las antiguas pesetas. Viví con desesperación ese penalti fallado por Esnaider y ese gol de Dani, (que luego fue jugador del Atlético, por decir algo) que nos dejó fuera de una Champions que tenía el nombre del Atlético.

No quiero dejar pasar mi etapa vivida como profesional en el Calderón. Con Telemadrid he podido vivir, sentir, tocar las entrañas de ese estadio. Sus vestuarios, su sala VIP, su sala de prensa, las escaleras que dan acceso al campo, pisar ese césped. etc. etc.
Gracias a mi profesión he comentado numerosos goles, he realizado cientos de reportajes y entrevistas a los que antes eran y son mis ídolos. He conocido las personalidades de los jugadores más allá de lo que se ve en los terrenos de juego. He compartido con ellos, viajes, alegrías y tristezas y he notado como vibraba el calderón a pie de campo. Estuve con ellos en el inicio de esta última etapa triunfal, y por desgracia no he podido despedirme del Calderón, desde abajo, como profesional, como hubiera querido.

Ahora llega una nueva etapa en un nuevo estadio, el Wanda Metropolitano. Sentiremos nostalgia del Calderón, pero con los primeros goles se olvidará. Allí estaré como aficionado, y quien sabe,..... si como profesional.