Si lo haces una vez, puedes achacarlo a la suerte, si lo consigues por segunda vez, puedes pensar que es una casualidad, pero si lo haces por tercera vez, ya pasa a ser una constante. Eso es precisamente lo que está haciendo el Atlético de Madrid. Tercera semifinal de Champions en los últimos cuatro años ( y la cuarta se le escapó por un gol en los últimos minutos). Algo que está al alcance de muy pocos equipos, vamos, y tan pocos, solo le aguantan en esta situación el Real Madrid, y el Bayern de Múnich, (hoy el Barcelona podría sumarse si consigue remontar a la Juventus). Es decir, hablamos de palabras mayores, hablamos de los grandes clubes de Europa y ahí se ha colado el Atlético de Madrid por méritos propios y lo ha hecho con muchos menos mimbres que esos grandes clubes. Me refiero a mimbres económicos, porque en los futbolísticos no tiene que envidiar a nadie.
Muchos se preguntan, de qué sería capaz el Atlético de Madrid, si tuviera la capacidad económica de los grandes. Si pudiera fichar a esos jugadores que pueden cambiar el rumbo de un partido. Preguntas que no tienen respuestas, porque entran dentro de las hipótesis y no tiene sentido pararse en ellas. Por tanto hay que hablar de realidades. Y la realidad es que el Atlético, en la actualidad ya es un grande y hay que considerarlo como tal. Grande en esfuerzo, en espíritu, en lucha, en coraje y en humildad. Y lo es, con jugadores que individualmente no son cracks, aunque muy buenos, pero que colectivamente son los mejores. Unos jugadores que hacen del grupo su fortaleza y saben que ahí radica su éxito. Todos reman en la misma dirección. Una dirección que les marca desde hace cinco años, un argentino, que llegó para salvar a un barco que se hundía, y que con tesón lo ha reflotado para luchar contra los grandes transatlánticos.
Les falta la guinda, que es ganar la Champions, y cada vez están más cerca de conseguirla. Como dice Simeone, para lograr una Champions, solo hay un camino, y es el de insistir, insistir, y volver a insistir y en eso está el conjunto rojiblanco. No va a dejar de insistir, van a seguir molestando y estoy seguro de que algún año caerá y puede que, éste, sea el año. Simeone y sus pretorianos están preparados para ello y la historia se lo debe.