jueves, 10 de abril de 2014

"BENDITA AFICIÓN"

Tremendo, impresionante, grandioso, inolvidable, mágico....pongan los calificativos que quieran. Todos tienen cabida para describir lo que se vivió en el Calderón. El Atlético de Madrid eliminó al Barcelona y lo hizo con justicia, dominando de principio a fin a uno de los mejores equipos del mundo. Del partido poco voy a hablar, porque ya se ha dicho, escrito y visto casi todo. Me voy a referir a lo que no se vio por la televisión, bueno, más bien lo que no se pudo sentir a través de la televisión. Me estoy refiriendo al ambiente. A lo largo de mis años como aficionado y sobre todo como periodista, he vivido cientos de partidos en el Calderón, en los que hubo de todo, malos, fríos, indiferentes, buenos y grandes ambientes a cargo de una afición única en España, no digo que la mejor, ni la peor, sino única. Pero lo que sucedió ante el Barcelona, simplemente no tiene calificativos
Es mi opinión lógicamente, pero creo que concuerda con la de la mayoría, y así lo pude constatar a la finalización del choque, hablando con unos y con otros. Es más, también me topé con algún que otro aficionado culé, y no dudaron en destacar el ambiente que vivieron, su admiración y
envidia por una afición que no paró de animar a su equipo en los 90 minutos del partido. Un dato, en el calderón es habitual, que cada cierto tiempo del partido, el fondo sur se acuerde del eterno rival, en términos más o menos despectivos, como una forma de animar al personal. Pues bien, ante el Barcelona, no se produjeron, y no lo hicieron porque se vivió con una intensidad tal, que sólo había cabida para alentar a su equipo, para gozar con lo que estaban viendo sobre el césped, y porque literalmente no hubo tiempo para acordarse de nadie. Nunca había visto animar de esa forma, y sobre todo hacerlo durante todo el partido, e incluso desde mucho antes; los aledaños al calderón fueron una fiesta antes del comienzo del choque, y sobre todo al final. El partido fue en Miércoles, es decir, en jornada laboral, al día siguiente la mayoría de los aficionados tenían que levantarse pronto para trabajar, muchos tenían que volver a sus hogares, algunos a muchos kilómetros de distancia, por lo que lo normal sería salir pitando en cuanto finalizara el encuentro. Sería lo normal, pero el aficionado atlético no es normal, y menos en una noche como ésta. Todos, y digo todos se quedaron el Calderón para seguir animando, para seguir cantando, para seguir disfrutando de lo visto. Y lo hicieron durante muchos minutos, esperando como si se tratara de un concierto de música, al grupo para que salieran de nuevo al escenario, y el grupo salió. Los jugadores no tuvieron más remedio que dar las gracias a una afición y dieron una vuelta al estadio como si hubieran logrado un título. la sensación desde luego fue esa. No se trataba de una final, pero si de un pase a las semifinales de la champions, algo que el atlético no lograba desde hace 40 años, por lo que el júbilo estaba justificado. El equipo recibió la ultima aclamación de su hinchada y también y eso hay que reconocerlo, de los aficionados visitantes, pues los 2500 seguidores azulgranas no dudaron en aplaudir al atlético y por añadidura a todo el Calderón.
Lo más perecido lo viví en Barcelona, cuando el equipo perdió la final de la Copa del Rey ante el Sevilla, una semana después de conquistar su primera Europa League. Aquello también fue impresionante, más cuando se había perdido la final. Pero fue en el Nou Camp y con medio estadio vacio.
Ahora llegan las semifinales, donde el atlético intentará seguir haciendo historia. Podrá pasar o podrá caer, pero lo que está claro es que no lo hará sólo. 50.000 gargantas estarán a su lado. Superará esa futura noche a la vivida ante el Barça, no lo sé, esperaremos.
Seguiremos informando.